El sinhogarismo es una realidad desgarradora que afecta a 37.000 personas en España. Dentro de este grupo, las personas LGTBIQA+ se enfrentan a desafíos adicionales que hacen que su situación sea aún más difícil.
Las personas LGTBIQA+ tienen una mayor probabilidad de experimentar en sus vidas situaciones de exclusión residencial y de sinhogarismo debido a una serie de factores. La falta de aceptación de las identidades no normativas por parte de la sociedad dificulta los procesos cotidianos, como la búsqueda de empleo. De acuerdo con la Agencia Europea de los Derechos Fundamentales (FRA), el 77% de las mujeres trans en España ha sufrido discriminación al buscar empleo. Esto crea barreras significativas para su estabilidad económica, que pueden dificultar la posibilidad de acceder a una vivienda adecuada.
Además, muchas personas LGTBIQA+ son expulsadas de sus hogares familiares a una edad temprana debido a la falta de aceptación de su identidad u orientación sexual. El rechazo familiar deja a estas personas sin redes de apoyo y las expone a un mayor riesgo de acabar viviendo en la calle. Según datos de la FRA, aproximadamente 1 de cada 3 personas LGTBIQA+ ha experimentado el sinhogarismo en algún momento de su vida.
La historia de Eva destaca como un ejemplo inspirador de resiliencia. Eva logró superar las dificultades y retomar su autonomía para desarrollar su proyecto de vida. Tuvo que huir de su país por su orientación sexual, llegó a España sin un lugar al que llamar hogar y sin una red de apoyo estable.
Derechos a la vivienda: apoyos para alcanzar sus proyectos de vida
Sin embargo, Eva encontró la ayuda necesaria para empezar a construir su red de apoyo y entró en Derechos a la vivienda, el programa de innovación de HOGAR SÍ y Asociación Provivienda. A través de este programa de desinstitucionalización, pudo acceder a una vivienda segura y estable, así como a servicios integrales que le apoyan en su búsqueda de autonomía para una buena vida en comunidad. Para las personas LGTBIQA+, esto implica garantizar un entorno seguro, donde no se enfrenten a la discriminación o la LGTBIfobia al acceder a una vivienda.
Este enfoque busca reemplazar las instituciones por comunidades inclusivas, donde las personas que viven en la calle puedan acceder a viviendas adecuadas y estables, así como a una amplia gama de servicios y apoyos. La línea de apoyos autodirigidos en la que participa Eva consiste en un modelo personalizado de elección y gestión de sus propios recursos en función de sus necesidades como la fianza de una habitación, un carné de conducir que le facilite el acceso a un empleo o el trámite de extranjería, entre otros. Las personas que participan son mayores de 18 años que se encuentran en situación de sinhogarismo por un periodo igual o inferior a tres meses y/o que estén siendo atendidas por la red de servicios públicos para personas sin hogar de las administraciones públicas.
La importancia de la comunidad
La experiencia de Eva no solo muestra la importancia de la desinstitucionalización y el derecho a la vivienda, sino también poder disfrutar de una vida plena en comunidad. Con el apoyo adecuado y una comunidad inclusiva, las personas en situación de sinhogarismo, especialmente aquellas que pertenecen a la comunidad LGTBIQA+, pueden encontrar la manera de enfrentar algunos desafíos y construir un futuro mejor.
Es fundamental que las políticas y los programas destinados a abordar el sinhogarismo reconozcan y aborden las necesidades específicas de las personas LGTBIQA+. Esto implica la implementación de leyes y políticas que prohíban la discriminación basada en la orientación sexual o la identidad de género en el acceso a la vivienda. Asimismo, es necesario proporcionar programas de apoyo y recursos adecuados que fomenten la inclusión y la igualdad de oportunidades para las personas LGTBIQA+ en situación de sinhogarismo.
Juntas, podemos ayudar a construir un mundo donde todas las personas, sin importar su orientación sexual, identidad de género, etnia, raza, religión o cualquier motivo de exclusión, tengan un lugar seguro y digno al que llamar hogar. Gracias al compromiso colectivo podremos lograr un futuro donde el sinhogarismo y la discriminación sean cosas del pasado.
Salvi Macías Parrado, técnico de comunicación de Derechos a la vivienda.