El trauma es una herida física, sexual o emocional tan severa que cambia tu realidad fundamental, tu habilidad para confiar en las personas y tu manera de ver el mundo.
Partiendo de un enfoque de derechos, es crucial entender cómo el sinhogarismo puede ser una experiencia traumática en sí misma. La pérdida de la vivienda y el hogar es un suceso altamente estresante que aumenta las posibilidades de sufrir violencia y abuso (el 47% de las personas sin hogar ha sufrido un incidente o delito de odio). Además, las experiencias traumáticas en la infancia pueden llevar al sinhogarismo en la vida adulta, impactando negativamente en la salud mental, con altos niveles de depresión, ansiedad y estrés postraumático.
Sinhogarismo juvenil en España, una realidad en auge
Las personas jóvenes destinan el 84% de su salario neto a pagar la renta, emancipándose 3,5 años más tarde que el resto de los europeos. Solo un 16% de jóvenes se emancipó en la segunda mitad de 2022 y, paralelamente, un 15% más que la media europea se ven abocadas a vivir con sus padres. Además, 1 de cada 5 personas menores de 29 años está en riesgo de pobreza y exclusión. La precariedad y el difícil acceso a la vivienda hacen, en parte, que aumente el número de personas jóvenes que se ven obligadas a vivir en la calle, más de 6.000 jóvenes se encuentran en esta situación, un 36% más que hace 10 años, según el INE. El sinhogarismo juvenil representa el 23% en hombres y un 16% en mujeres del total de personas sin hogar en España.
“Para muchas de las personas jóvenes que participan en H4Y FUTURO, no se trata solo de perder su hogar, sino que la institución que los ha protegido hasta su mayoría de edad los expulsa del sistema. Mientras que buena parte de los jóvenes celebran con alegría su transición a la mayoría de edad, los jóvenes bajo tutela viven con profunda angustia la llegada de su 18 cumpleaños, ya que esto puede significar enfrentarse a una situación de sinhogarismo” explica Maite Luque, coordinadora del proyecto. Sumado al desconocimiento de recursos o la falta de apoyo social puede agravar la situación traumática.
Reconocer la importancia del abordaje del trauma para una buena vida en comunidad
El desarrollo cerebral en la infancia está profundamente influenciado por las relaciones tempranas. El abuso y la negligencia tienen un impacto duradero, creando lo que se conoce como «vulnerabilidad latente». Esto significa que los niños y las niñas que han experimentado alguna situación de dificultad y/o violencia están en mayor riesgo de enfrentar problemas de salud mental en el futuro, ya que les resulta más difícil lidiar con situaciones cotidianas y establecer relaciones sólidas. A través de enfoques efectivos en la intervención con estas personas que promuevan entender el origen de las actitudes, se puede ayudar a la recuperación y a contrarrestar el adelgazamiento social y construir vínculos sanos y estables. Reconocer las consecuencias del trauma es crucial para reevaluar mejor sus necesidades y reducir los procesos de retraumatización.
El trauma tiene un efecto profundo en las relaciones de las personas que lo sufren y aquellas que además se encuentran en situación de sinhogarismo experimentan una dificultad aún mayor para funcionar en la cotidianidad y para crear vínculos sólidos. Esto aumenta las posibilidades de sufrir otras experiencias traumáticas, lo que agrava aún más su situación. La desinstitucionalización, es decir, fomentar un modelo de atención comunitaria y personalizada, donde las personas pueden elegir dónde vivir, y hacerlo integradas en su comunidad, es un paso fundamental para recuperar el control sobre sus vidas.
La apuesta por un cambio en las políticas de atención al sinhogarismo juvenil debe ser un paso necesario que lideren las administraciones públicas. En este sentido debe ir de la mano de un incremento en el acompañamiento adaptado al momento evolutivo de los y las jóvenes y sin lugar a duda debe incorporar el enfoque del trauma. Por otro lado, los profesionales que trabajan de forma directa con jóvenes en situación de sinhogarismo deben implementar herramientas que les haga abandonar una intervención paternalista y, por ende, institucionalizadora.
En H4Y FUTURO estamos comprometidas con la mejora de la calidad de vida de las personas jóvenes en situación de sinhogarismo. Reconociendo la importancia de entender el trauma y sus efectos, trabajamos para ofrecer soluciones innovadoras y efectivas que les permitan recuperar la autonomía y reintegrarse en la comunidad.