Entrevista a Marco Antonio Luengo, director de la Fundación de Servicios Sociales de Gijón.
El sinhogarismo en Asturias presenta varias particularidades, pero hay un dato que destaca en la Encuesta a Personas sin Hogar 2022 realizada por el INE, y que puede resultar alentador: el 30% de las personas sin hogar lleva menos de seis meses en situación de sinhogarismo, uno de los mejores datos a nivel nacional.
Gijón, la ciudad más poblada del Principado de Asturias, es uno de los tres puntos donde se concentra la mayor parte de la población en situación de sinhogarismo de la comunidad autónoma. Según la Fundación Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Gijón, institución pública que gestiona los servicios sociales y la atención a las personas más vulnerables del municipio y tiene un papel fundamental en la lucha contra el sinhogarismo, cerca del 80% de la población sin hogar se concentra entre Gijón, Oviedo y Avilés.
Para entender un poco este contexto, hablamos con Marco Antonio Luengo, director de la Fundación Municipal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Gijón, para profundizar en este problema social y la respuesta que hace que Asturias tenga estos resultados.
Las particularidades de la atención al sinhogarismo en Asturias y Gijón
Diversos profesionales de la atención a las personas en situación de sinhogarismo en el país plantean que la respuesta a este problema en Asturias presenta algunas peculiaridades. Marco Antonio Luengo destaca que esto se entiende por la buena relación entre los tres ayuntamientos, el Gobierno del Principado de Asturias y la Consejería de Derechos y Servicios Sociales, lo que permite una mejor coordinación. Además, “el nivel de conocimiento de las profesionales de las entidades y los ayuntamientos, así como de las personas sin hogar, es alto debido al tamaño de la comunidad”. Esto permite un trabajo más personalizado y adaptado a las necesidades de cada persona sin hogar.
Las ventajas de la colaboración entre Vivienda y Servicios sociales en la erradicación del sinhogarismo
La vivienda es un elemento fundamental en la erradicación del sinhogarismo y por eso la colaboración entre Servicios Sociales y Vivienda es imprescindible. Asturias es un buen ejemplo de que esta colaboración tiene buenos resultados.
Según Marco Antonio Luengo, el modelo de abordaje en Gijón incluye tres ejes: vivienda, acompañamiento e ingresos mínimos y “la falta de cualquiera de ellas impide el éxito del proceso”. La buena noticia es que el Principado de Asturias tiene un parque público de viviendas que incluye “más de dos mil viviendas y las personas sin hogar son un colectivo prioritario para acceder a ellas”, según palabras del director.
La vivienda es fundamental también para atender a las personas con largo recorrido de calle. Según datos de la Encuesta de personas sin hogar (2022), el 61,8% de la población sin hogar en Asturias tiene más de un año en esta situación, lo que es similar al promedio nacional. Sobre esto, Marco Antonio señala que “hay muchas fórmulas para apoyar a las personas para que tengan su vivienda, pero las personas que tienen unos procesos importantes de exclusión, de dificultades de salud física o mental, el nivel de apoyo o de protección de la vivienda tiene que ser elevado. En este sentido la apuesta por las personas en situación de sinhogarismo, que llevan un recorrido de calle, consideramos que es el de la vivienda pública, más que apoyos para el mantenimiento de la vivienda privada”.
Por lo tanto, la vivienda pública y el apoyo de la comunidad son clave para la erradicación del sinhogarismo en Asturias y en concreto en Gijón.
El proyecto de innovación Derechos a la vivienda como motor de cambio en la atención del sinhogarismo
Derechos a la vivienda es un proyecto de innovación que busca cambiar el sistema de atención al sinhogarismo y que cree que una vivienda digna es el punto de partida para la recuperación de los derechos de las personas.
En Asturias se desarrolla en dos ciudades, Gijón y Avilés, con la participación de los respectivos ayuntamientos y el Principado de Asturias. Para Marco Antonio Luengo, el proyecto de innovación de Derechos a la vivienda en la ciudad tendrá un impacto más allá de la atención prestada a las personas que no tienen un hogar. En primer lugar, el proyecto permite el acceso a la vivienda para unas 45 personas, es decir, alrededor de un “tercio de las personas en una situación de exclusión más severa”, lo que supone una mejora significativa en la calidad de vida de estas personas.
Además, el proyecto está alineado con un abordaje del sinhogarismo basado en modelos de vivienda y acompañamiento, en lugar de generar otros recursos o aumentar las plazas de otros tipos de recursos. “Este proyecto está muy alineado con nuestra propia manera de entender el abordaje del sinhogarismo que tiene que ir por un lado hacia modelos de vivienda y acompañamiento en vez de generar otros recursos o aumentar las plazas de otro tipo de recursos. En ese sentido este modelo nos viene muy bien, tiene un impacto muy positivo porque además se va incorporando al relato de la ciudad, cuál es la necesidad de este abordaje y luego también porque nos permite otro tema importante, que es el de la prevención”.
Este enfoque en la prevención es crucial para evitar que colectivos como personas migrantes, personas extuteladas, mujeres con situaciones de precariedad o violencia machista, o personas con trastornos mentales severos, acaben en la calle. “Hay una serie de colectivos que son los que tienen mayor riesgo de quedar en calle y es un reto empoderar y prevenir absolutamente la situación y no tener que empezar con situaciones de trabajar desde la calle”.
En resumen, el proyecto tendrá un impacto importante tanto cuantitativo como cualitativo en la ciudad y supone un paso importante en la lucha contra el sinhogarismo.
El desafío de la prevención para resolver el problema en el futuro
Finalmente, respecto a los desafíos para el futuro y un punto de mejora de la estrategia de desinstitucionalización es la prevención: “Al final muchas personas llegan a la situación de sinhogarismo porque han ido fallando previamente otras cuestiones y porque el sistema de bienestar ha ido expulsando a determinadas personas de su sistema y luego acaban en calle”.
La solución, para Marco, pasa por la vivienda: “Si no hay un acceso mínimo a la vivienda para colectivos más desfavorecidos económicamente, estaríamos continuamente trabajando para sacar a las personas de la calle y ahí sí que pensamos que debería de mejorar bastante la estrategia de personas sin hogar”.