Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Baleares más de 535 personas carecen de un hogar, y lo que es aún más alarmante, el 83% de ellas lleva más de un año viviendo en la calle. Este dato convierte a las Islas Baleares en la comunidad autónoma con la mayor cronicidad del sinhogarismo en España.
El número de personas mayores de 45 años en situación de sinhogarismo ha aumentado un 45% entre 2012 y 2022, y se observa un incremento del 148% en el mismo período de tiempo entre aquellos que tienen más de 64 años.
Para responder a esta situación, HOGAR SÍ y Provivienda, en colaboración con el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) y con la financiación de los fondos Next Generation a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, han implementado “Goldies”, dentro del proyecto piloto Derechos a la vivienda. Esta iniciativa para la desinstitucionalización de personas en situación de sinhogarismo mayores de 65 años, facilita la incorporación de estas personas a programas basados en vivienda y servicios integrados en la comunidad. El objetivo es brindar un espacio de transición para que las personas puedan reconstruir sus vidas y recuperar la autonomía.
La historia de César Villarruel
Un ejemplo inspirador de este proyecto es la historia de César Villarruel, un pintor cuya vida ha dado un giro. «Llegué hace 20 años. Me fui a Venezuela porque la cosa estaba muy difícil aquí y luego retorné y llevo cinco años en Mallorca», nos cuenta.
Cuando César llegó por primera vez a Mallorca, tenía 50 años y poco más que sus pinturas en sus manos. Ha vivido en la calle, ha pagado habitaciones y ha estado en muchos albergues hasta que tuvo la suerte de poder vivir en esta casa, donde “ahora uno es libre y vive una vida mejor», confiesa.
“Goldies” es un ejemplo de cómo ofrecer viviendas compartidas puede dignificar y transformar vidas. «Dar una vivienda y ayudar desde la vivienda brinda a la persona dignidad. Dignifica tener intimidad y protección personal, permitiendo la autonomía para vivir la vida» explica Itziar Hortelano, técnica socioeducativa de HOGAR SÍ. Para César, esta oportunidad ha sido “un cambio para mi vida muy radical y ahora tengo más soltura, más libertad y me siento libre”, afirma.
En un contexto donde el sinhogarismo en personas mayores de 65 años es un desafío creciente, proyectos como este ofrecen un rayo de esperanza y un enfoque innovador para abordar esta crisis social. La historia de César Villarruel es solo un ejemplo de cómo la colaboración y la determinación pueden transformar vidas y ofrecer una nueva oportunidad a quienes enfrentan el sinhogarismo en nuestras comunidades.
Fuente: https://ib3.org/cesar-villarruel-aqui-puc-viure-en-llibertat-em-sento-segur