“Usted se coge su maleta y se va para España”, le dijo la abuela Delfina. Y así lo hizo. Ahora lo que más le gusta es la paella. También se acostumbró al jamón serrano, aunque al principio no entendía por qué comíamos esa carne cruda sin al menos pasarla por el horno. Desde muy pequeña, el primer lugar al que quería viajar era España porque “siempre veía en las noticias que era un país muy católico” -ahora confiesa que ya no opina lo mismo-. Reconoció que le costó adaptarse al tono de la gente: “habláis muy fuerte, es como si nos gritarais o estuvierais enfadados”, contó entre risas mientras recordaba sus primeros días en Madrid.
Julisa Yamileth (25) nació en la costa de Manabí, en Ecuador. Recién cumplida la mayoría de edad decidió migrar a España, junto a su prima, en el año 2018 para continuar sus estudios de teología. En 2022, quiso regresar a su país, pero perdió la documentación en el aeropuerto y se vio obligada a quedarse más tiempo en la capital madrileña.
Empezó a dormir en albergues durante meses, hasta que en abril de 2023 entró en el programa H4Y FUTURO, donde duró un par de meses hasta que consiguió encontrar un empleo y recuperar su autonomía. “Nos mandaron desde el Samur Social. Nos dijeron que hiciéramos la entrevista con Provivienda y HOGAR SÍ. Al final nos dieron la vivienda y entramos el 12 de abril con otro chico más”, explicó recordando el día exacto en el que ella y su prima empezaron en el programa piloto.
Aunque tan solo estuvo en el proyecto un par de meses, la joven destacó el acompañamiento y asesoramiento recibidos por parte de las técnicas de H4Y FUTURO. “Fue fundamental la orientación que me dieron tanto para encontrar empleo como para iniciar el proceso para regularizar mi situación administrativa. Con tantas cosas que me habían pasado en la vida, cuando entré no sabía ni qué quería. El programa fue el empujoncito que necesitaba para marcarme unos objetivos y cumplirlos, también sabía que tenía que ser autónoma porque el día de mañana las organizaciones no iban a estar”, alegó Julisa.
Al mes de entrar en la vivienda del proyecto, Julisa recibió una llamada que le permitiría salir de forma autónoma del programa. Se fue a Talavera como trabajadora interna del hogar y de los cuidados. Allí tuvo que volver a buscar piso y, aunque no fue tan sencillo como esperaba, lo consiguió. “No tienes papeles y te piden mil requisitos. Es muy difícil buscar una vivienda para ti sola siendo migrante, por eso muchas veces optamos por buscarnos habitación», sostuvo la joven.
Julisa reconoció que le encantaría volver a vivir en Madrid y estudiar enfermería en un futuro. Aunque de momento está a gusto en Talavera, gracias también a María, una nueva amiga que conoció en el portal de enfrente y con la que toma cafés semanalmente. Con el permiso de trabajo en la mano todavía tiene pendiente cerrar el proceso para tramitar la nacionalidad, pero está segura de que la conseguirá pronto, consciente de todos los aprendizajes que adquirió en el piloto.
Julisa encontró el apoyo necesario a través de H4Y FUTURO, el programa de innovación de Provivienda y HOGAR SÍ para jóvenes sin hogar de 18 a 25 años, financiado por los fondos europeos Next Generation del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, a través del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Gracias a este programa de atención temprana al sinhogarismo, pudo acceder a una vivienda segura y estable, y recibir un acompañamiento social que le permitió generar procesos de autonomía. El enfoque de este proyecto ha sido una respuesta innovadora y flexible adaptada a los diferentes perfiles de las personas jóvenes en situación de sinhogarismo. El objetivo ha sido evitar la cronificación de estas situaciones y lograr la adquisición de un nivel de autonomía suficiente para mantener una vida fuera del sistema de atención al sinhogarismo.